Dieta con soja
Disponible en una amplia variedad de productos, la soja es una de las pocas fuentes vegetales de proteína que contiene todos los aminoácidos esenciales requeridos en la dieta humana. Las preparaciones alimenticias a base de soja incluyen granos o frijoles de soja (soja integral), tofu (cuajada de soja), leche de soja, harina de soja, tempeh (cocido y fermentado de soja), miso (pasta de soja fermentada), y salsa de soja. Ciertos componentes de soja refinados también están disponibles como suplementos nutricionales en forma de proteína de soja o las isoflavonas genisteína, daidzeína y gliciteina.
La ingesta dietética recomendada de proteína de soja entera es 25 g por día, y de 40 a 80 mg por día para las isoflavonas de soja.
La soja ha sido una fuente básica de proteínas en las dietas de Asia desde hace miles de años y ha recibido atención significativa cuando los estudios mostraron que las poblaciones asiáticas tenían un riesgo menor de cáncer de mama y de próstata.
La soja contiene muchos compuestos biológicamente activos, incluyendo saponinas, fitatos, lecitina, inhibidores de proteasas, ácidos fenólicos, fitoesteroles, isoflavonas, y ácidos grasos omega-3. Gran parte de la atención en torno a los compuestos activos de la soja se centra en las isoflavonas genisteína y daidzeína.
Usos y eficacia de la soja
La proteína de soja reduce los niveles de colesterol total, los niveles de lipoproteínas de baja densidad, y los triglicéridos. Estas reducciones parecen ser mayores para las personas con niveles de colesterol más alto de partida.
Debido a que las isoflavonas de soja se unen débilmente y preferentemente a los receptores de estrógeno beta del cerebro, la soja se ha estudiado la posible reducción de los sofocos menopáusicos.
Los estudios in vitro han demostrado que las isoflavonas de soja modulan la actividad osteoblástica y osteoclástica a favor del recambio óseo disminuido. Un reciente análisis de 10 estudios científicos encontró que el consumo de isoflavonas de soja durante seis meses atenúa la pérdida ósea de la columna vertebral en las mujeres menopáusicas, que fue más pronunciada en las mujeres que consumen más de 90 mg por día de isoflavonas de soja.
El cáncer de próstata es menos frecuente en poblaciones con alto consumo de soja, como en China y Japón. Sin embargo, los inmigrantes asiáticos a Estados Unidos tienen tasas similares de cáncer de próstata como otros estadounidenses. Hay muchos factores que pueden contribuir a esta diferencia, pero un factor posible es que las poblaciones asiáticas consumen de 10 a 15 veces la cantidad de soja al día ya que las poblaciones de Estados Unidos. sin embargo, no se ha probado ninguna relación entre el consumo de soja y marcadores relacionados con dicho cáncer.
Los estudios de cáncer de mama merecen especial atención debido a los efectos estrogénicos de la soja. En un reciente análisis de más de 21 estudios epidemiológicos, el riesgo combinado de desarrollar cáncer de mama se redujo en un 25 por ciento en las mujeres con alta ingesta de soja, y redujo en un 20 por ciento en las mujeres con la administración de suplementos de isoflavonas.
Efectos adversos de la soja
En general, los componentes de la soja y de la soja son bien tolerados y tienen pocos efectos adversos. En un análisis de 49 estudios, los efectos adversos fueron más frecuentes fueron síntomas gastrointestinales (diarrea) y menstruales ( períodos prolongados, amenorrea).
Los estudios también han demostrado que cuando los bebés toman complementos de hierro o de hormona tiroidea y fórmulas infantiles con soja, la absorción de la hormona tiroidea y de hierro se reduce.
La alergia a la soja (que puede conducir a la aparición de diarrea con sangre) se reporta en alrededor del 1 por ciento de los bebés que comen alimentos con soja y generalmente desaparece a tres años de edad, cuando la mayoría de estos niños empiezan a tolerar los productos de soja. La alergia a la soja en adultos es poco común y se estima que ocurre en aproximadamente el 0,2 por ciento de la población.